3.10.2004

Ese oscuro animal del sueño



Una canción silba en el viento. Un largo canto exhaustivo, entrecortada palabra. Sal. Deja ese sitio de agonías y mira como se enaltece la tarde en la colina. Sal. No pienses en los muertos. Deja que sus huesos se vayan reduciendo, reintegrándose a la nada. Sal con tu cuerpo de viviente a fabular tus sueños. Di tu palabra. Si nadie te escucha, habla con los astros, con la sombra que pasa. Elige un sitio de resplandor oculto.


{Antonia Palacios, Ese oscuro animal del sueño, Caracas: Monte Avila Editores, 1991}

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