9.08.2004

JLL

My friend G. just sent me a copy of Heriberto Yépez, El Matasellos (México, D.F. : Editorial Sudamericana, 2004), which she found before leaving Mexico City last week. The book opens with an epigraph by José Lezama Lima:

"El fragmento cuando está dañado no reconoce los imanes."

(When damaged the fragment does not recognize magnets.)

*

Lezama Lima's Paradiso is a novel that stunned me when I first began to read it about five years ago. I still haven't finished it (like Joyce's Ulysses) but it sits on my shelf waiting. What little I know of Lezama Lima is from fragments I've gleaned from (re)reading his poems, along with G. Cabrera Infante's essays on him. Having grown up in Florida, I feel as though I recognize the air and water in some of his poems. That sense of time being slowed down and shrunk (expanded) into a library room.

*

UNA OSCURA PRADERA ME CONVIDA

Una oscura pradera me convida,
sus manteles estables y ceñidos,
giran en mí, en mi balcón se aduermen.
Dominan su extensión, su indefinida
cúpula de alabastro se recrea.
Sobre las aguas del espejo,
breve la voz en mitad de cien caminos,
mi memoria prepara su sorpresa:
gamo en el cielo, rocío, llamarada.
Sin sentir que me llaman
penetro en la pradera despacioso,
ufano en nuevo laberinto derretido.
Allí se ven, ilustres restos,
cien cabezas, cornetas, mil funciones
abren su cielo, su girasol callando.
Extraña la sorpresa en este cielo,
donde sin querer vuelven pisadas
y suenan las voces en su centro henchido.
Una oscura pradera va pasando.
Entre los dos, viento o fino papel,
el viento, herido viento de esta muerte
mágica, una y despedida.
Un pájaro y otro ya no tiemblan.

{ José Lezama Lima, Enemigo rumor, 1941 }

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I will be posting a translation of a recent column by Joaquín Marta Sosa sometime soon.

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