4.14.2010

Crepúsculo / José Antonio Ramos Sucre

Twilight

Silvius barely resists the ingenuity of Beatrice. The mocking irritates the conceited young man.
     The Gothic sun of the stained-glass windows paints the border of a cheerful cloud, in an alternating manner.
     The foliage composes a continuous darkness, in the afternoon, in the white city.
     Beatrice contemplates the river, facing the transitory flow and the identical figure in suspense.
     The young man walks away threatening imaginary rivals. Beatrice uses, to say goodbye to him, a judicious, abstinent courtesy.
     The young woman returns, in the presence of an eclipsed moon, to the severe thoughts of her tedium.
     The incoercible shadows, with soft feet, with a burlesque mask, blow long flutes of ebony or silver.
     A sudden barking, originating in the inner cloisters of the earth, dismays the laurel forest.




Las formas del fuego (1929)




{ José Antonio Ramos Sucre, Obra completa, Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1989 }

3 comments:

Isabel said...

Estimado Guillermo, esta tarde he estado leyendo a mi querido Ramos Sucre. La última semana, ha sido casi que perentorio hacerlo. Casualmente, al abrir hoy su blog, consigo la exquisita traducción que ha realizado de Crepúsculo / Twitlight. Dos palabras que, tanto en el idioma source como en el target, amo, por sublimes. El crepúsculo es la hora del lobo y ella me viste con un mood particular para la reflexión, la lectura, la creación. Amable ha sido el hallazgo y oportuno, por una inquietud que me ha dejado siempre ese texto. Nunca he podido descifrar el cierre. Me pregunto, le pregunto, con toda el temor de estar equivocada, ¿acaso el poeta habla de un temblor de tierra? Disculpe la ingenuidad de la pregunta, pero usted ha estudiado a Ramos Sucre y tal vez tenga alguna respuesta para mí. Gracias le digo desde el entre luces londinense, Isabel

Guillermo Parra said...

Hola Isabel,

Me encanta tu lectura del final de "Crepúsculo." La verdad es que no había pensado en esa interpretación, pero ahora que la haces me parece genial. Lo que me encanta de traducir a Ramos Sucre es que este proyecto me hace revisar sus textos minuciosamente, releyéndolos diariamente. Creo que Ramos Sucre, igual que su amado Shakespeare, logra inventar su propio universo poético, tanto que él mismo se sorprende a veces dentro de sus propios textos. Y nosotros, sus lectores, tenemos la dicha de saber que sus libros son inagotables.

Igualmente, gracias a ti por leer mis traducciones. Me imagino que a Ramos Sucre le hubiera encantado conocer a Londres. Saludos!

Guillermo Parra said...

Por cierto, la nueva foto de Rimbaud que se publicó ayer me hace pensar en Ramos Sucre.